Las casas de los Indianos en Asturias

Típica casa indiana en AsturiasLas casas de los Indianos que encontramos en Asturias son un tipo de construcción arquitectónica que tiene su origen en los emigrantes que entre finales del siglo XIX y principios del XX viajaron a América en busca de una mejor vida. Fueron tiempos difíciles aquellos años en España y muchas familias empeñaron prácticamente todo su patrimonio en dichos viajes. Cuando regresaron,  gracias a los nuevos conocimientos que adquirieron y los que pudieron perimírselo financieramente hablando, comenzaron a costruir unas casas y villas que hasta entonces nunca se habían visto en el Norte de España.

La nueva Tierra

Los que superaron el duro proceso de adaptación en aquellas tierras prácticamente vírgenes empezaron a trabajar en comercios o cantinas con jornadas laborables extenuantes. La trastienda fue un improvisado hogar, testigo de añoranzas infinitas, donde incómodos camastros suplían a veces el rígido lecho en el que se convertía habitualmente el mostrador del negocio. Con los mínimos conocimientos adquiridos durante los primeros años de trabajo y el afán de superación que sólo la pobreza otorga, los más emprendedores invirtieron sus escasos ahorros en la explotación de minas, ganado y plantaciones de azúcar, tabaco, café y algodón.

Durante 20 ó 25 años de dura labor tan sólo un 20% de los “americanos” amasó enormes fortunas, citando como ejemplo al avilesino José Menéndez Menéndez, apodado “el rey de la Patagonia”, que llegó a poseer terrenos cuya superficie superaba a la de los Países Bajos y una cabaña ganadera de 1.400.000 ovejas y más de 10.000 vacas. Sin embargo los apodados despiadadamente “indianos del pote” regresaron a Asturias con el dinero justo para su entierro o finalizaron sus días en los asilos construidos en Ultramar por sus compañeros de fatigas enriquecidos. Pero los que cambian el sabor de la miseria por el dulzor de la prosperidad volvieron a su tierra con una vida diferente y con la idea de mejorar también la de sus paisanos.

Los beneficios del trabajo y nuevas viviendas


Se calcula en dos mil millones de pesetas el capital que repatriaron a España, invirtiendo gran parte en la industria y en empresas mercantiles, sin olvidar las entidades bancarias que crearon como el Banco Hispano-Americano o el Banco de Gijón. También les impulsó también a financiar obras hidráulicas, de alcantarillado, de alumbrado, carreteras, hospitales, escuelas, cementerios, viviendas de alquiler, casinos, teatros, iglesias, etc… en sus lugares de origen. Por su altruismo algunos como ramón Argüelles, Ramón Pertierra o Manuel Ibáñez fueron distinguidos con títulos nobiliarios. Sin embargo su legado más fascinante son esas llamativas viviendas que guardan su reposo al regresar a Asturias convertidos en extravagantes rentistas y ataviados a la usanza americana, con traje blanco, sombrero de jipijapa, leontina de oro y destellante anillo de pedrería.

El “che” para pregonar su bienestar económico encargó a los mejores arquitectos y maestros de obra sus chalets, quintas y palacetes. Custodiadas por exóticas palmeras, araucarias, secuoyas rojas o magnolios, procedentes de Ultramar, es fácil distinguir tan ostentosas y singulares mansiones donde confluyen elementos arquitectónicos propios del Historicismo, Eclecticismo y Modernismo. No sólo el peculiar gusto del “indiano” se aprecia en las fachadas, también la vanidad de algunos que adosaron a los muros el imaginario escudo de su linaje, diseñado por ellos mismos, para emular a la nobleza. Además las cancelas de los jardines, donde otros ubicaron su efigie tallada en cemento, y las puertas de las viviendas ostentan sus iniciales.

Artesanía asturiana

Fruto de forma de vida seculares, reemplazadas por la quimera de la modernidad, la artesanía asturiana es un preciado regalo para gustos exquisitos. Delicadas joyas de azabache, cálidas mantas de lana tejidas al amparo de las montañas de Grandas de Salime, cerámica negra, de ancestrales orígenes griegos, que los alfareros bruñen con cantos de río, magníficas obras de madera que los “cunqueiros” arrancan del corazón de los profundos bosques.

Más información sobre las casas Inidianas: La Nueva España

Imagen: AC

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