Puente Viejo de Mostar

El Puente viejo de Mostar

Puente Viejo de Mostar

Mostar deja de estar dividida por el río Neretva desde ya mismo. La guerra civil, que hace unos años tuvo lugar entre Bosnia y Herzegovina, asoló el país y dejó miles de familias rotas por el dolor. En la ciudad de Mostrar quedaron en pie algunas partes del Puente Viejo (Stari Most), que dividía la ciudad y la comunicaba. Fue la artillería croata la que lo destruyó en 1993, pero once años después una réplica exacta vuelve a estar en pie simbolizando unidad y reconciliación entre un mismo pueblo que quedó dividido en dos.

Con la inauguración de este viernes ha concluido un trabajo que comenzó en 1998, cuando la UNESCO, el Banco Mundial y el municipio de Mostar hicieron un llamamiento conjunto para poder comenzar la reconstrucción del Stari Most, incluido en la lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO. Cinco países (Croacia, Francia, Italia, Países Bajos y Turquía) y el Banco de Desarrollo del Consejo de Europa recogieron el testigo y la obra se ha convertido en un hecho.

La ceremonia, a la que acudieron representantes de países y altos cargos mundiales, tuvo lugar en medio de un calor sofocante, un fuerte caos organizativo y rodeada de fuertes medidas de seguridad. Pero ni siquiera las inclemencias del tiempo o el desorden en la organización pudieron empañar un acto marcado por la cordialidad y un periodo de paz que simboliza el Puente Viejo. La construcción que cruza el río Neretva es el principal símbolo de una ciudad de primera línea gracias a su situación geográfica estratégica. Además de ser centro artesanal y comercial.

Muchos siglos de historia del viejo Puente

El puente fue una de las últimas obras monumentales construidas por orden del sultán otomano Solimán el Magnífico (1520-1566). Su levantamiento se produjo en 1566 a las órdenes de Mimar Hajruddin, discípulo del célebre arquitecto Sinan. Lo componían un arco en forma de lomo de asno, de 28 metros de luz, 30 metros de largo y cuatro de ancho. Cuando las aguas estaban bajas, se elevaba hasta 20 metros sobre el río Neretva. Una colosal figura que levantaba la admiración de los viajeros y lugareños.

Dos torres fortificadas flanqueaban a cada orilla los extremos de la construcción. A la derecha, la torre Halebija, y a la izquierda, la torre Tara, ambas construidas en el siglo XVII. Antes de la ocupación austro-húngara de Bosnia-Herzegovina (1878), el Stari Most fue centro de la vida musulmana y fuente de inspiración de poetas y caminantes. El muecín se situaba en la torre de la orilla izquierda, desde donde llamaba a la oración. En la torre enfrentada una sala era utilizada por los fieles burgueses para pronunciar sus oraciones y como centro de reunión.

Los habitantes de Mostar consideran que el Puente Viejo simboliza la unión de las dos comunidades que pueblan la ciudad. Croatas y musulmanes viven en paz y tratan de olvidar el pasado cruento y demasiado cercano.

En los primeros momentos de la guerra, musulmanes y croatas combatieron de la mano contra el ejército serbo-bosnio, pero en 1993 rompieron su alianza y comenzaron los enfrentamientos entre los antiguos aliados. Mostar se convirtió para su desgracia en el máximo exponente del conflicto. Fue en el pasado mes de enero cuando Paddy Ashdown, un alto representante de la comunidad internacional en Bosnia-Herzegovina, proclamó la unificación de la ciudad. Actualmente existe una sola unidad administrativa y no seis distritos. A partir de ahora, los vecinos de Mostar podrán cruzar de un lado al otro de la ciudad por un puente con siglos de historia.

Imagen: BG

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