La Sierra de Madrid: una gran desconocida

Real Monasterio de San Lorenzo de El EscorialTierra de tranquilidad, valles frondosos y páramos de altura de extraordinarios pastos. Ambiente relajado y auténtico el que se vive cada día con la salida del sol por estos lugares. Los pueblos que se reparten la sierra oeste de la Comunidad madrileña aparecen dispersos en una orografía dura, de difícil acceso y, por ende, mal comunicada. El aislamiento geográfico, en una zona en la que incluso los límites de la provincia se retuercen una y otra vez en solapamiento continuo con las tierras abulenses, ha llevado también a una comunicación por carretera de gran dificultad. Sin duda estas características han posibilitado la pervivencia de un ambiente rural mágico en puertas de la gran urbe. Inmersos en sus pinares y encinares o paseando por sus callejas, plazas y callejuelas, cuesta pensar que a una hora en coche los pinos, robles y encinas han sucumbido a la inevitable mutación de los semáforos.

San Lorenzo de El Escorial en Madrid

El pueblo de referencia para el acceso al poniente de la Comunidad es San Lorenzo de El Escorial, pero en esta ocasión su papel va a ser sólo ese, la referencia; en realidad nuestra ruta va algo más lejos y traspone el monte Abantos para buscar los pueblos que se esconden en las partes altas de las montañas que forman la vertiente sur de la Sierra del Malagón, zonas ricas en pastos de los que dan buena cuenta las muchas cabezas de ganado bovino que viven en la zona.

Pero el inicio de la ruta no lo establecemos en estos pueblos, sino que evitando en lo posible la carretera general a Ávila en virtud de la tranquilidad que suponen siempre las carreteras secundarias, el inicio lo podemos establecer en Peralejo, muy cerca de Valdemorillo. Desde el pequeño pueblecito serrano de Peralejo nos dirigimos hacia Zarzalejo a través de La Estación, donde destaca la bonita iglesia de Nuestra Señora de la Asunción.

En Zarzalejo llama la atención un fragmento del Acueducto romano de Segovia (siglo I) antes de adentrarnos en esta localidad de arquitectura popular serrana con abundancia de elementos como la teja y los grandes bloques de piedra granítica (muy abundante en toda la sierra) que predominan en las construcciones del pueblo. La fachada exterior de la Iglesia parroquial de San Pedro (s.XV) es un buen ejemplo de este tipo de arquitectura serrana. En el s.XII Zarzalejo era un barrio de Robledo de Chavela y siglos después se cuenta que fue aquí donde Felipe II quiso levantar el Monasterio que hoy domina El Escorial.

El puerto de la Cruz Verde y sus alrededores


Continuando por la calle principal del pueblo abandonamos Zarzalejo por un estupendo pinar de pino silvestre o pino albar, propio de la sierras del Sistema Central, enclavado al pie de Las Machotas (1.461 metros de altitud) y con estupendas panorámicas del valle en el que se asienta Robledo de Chavela. Ahora sí, ponemos rumbo hacia la Villa de Santa María de la Alameda y sus pueblos desde el estratégico puerto de la Cruz Verde, donde nos encontramos. Robledondo (donde proliferan los robles quejigos que dan nombre al pueblo), Santa María de la Alameda, Navalespino, La Herrería, La Hoya, La Estación y La Paradilla suponen un paseo por una de las zonas menos transitadas de toda la Comunidad y garantía de calma, sosiego y buen turismo rural.

No podemos pasar por alto un asomo al enorme puente de casi cien metros sobre el vacío del río Cofio. Desde la Paradilla nos dirigimos de nuevo al Puerto de la Cruz Verde para descender por la cabecera del valle de Robledo de Chavela, el pueblo más grande de la ruta y donde a duras penas se ha logrado mantener un casco antiguo íntegro ante el acoso de modernas urbanizaciones.

Imagen: FR

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